domingo, 12 de julio de 2009
Depto. de Informes: ¿Qué hay detrás y delante de algunos ministros afamados?
Hay algo coincidente entre el destino de algunos ministros de gobierno y algunas monedas: el temperamento al estilo Himmler de la SS. Sí, aunque pueda parecer grotesco y, tantito peor, inverosímil, el temperamento demostrado por algunos ministros o secretarios de Estado que los distintos presidentes designan en tiempos de guerra, de nueva cuenta, es parecido al que tienen o tuvieron algunas monedas que de un momento a otro están en la cúspide para volver al sótano al día después.
En México sobran exponentes, siendo el difunto (R.I.P.) Camilo Mouriño un claro ejemplo de la adrenalina de los ministros que buscan hacer de sus cinco minutos en la fama una mina de oro, léase poder. Las monedas no se quedan atrás, como la moneda del bicentenario que es de oro, y cuenta más que diez dólares. Se la juegan y después, ahora sí que quién sabe.
Como en este informe numismático es regla no agraviar por que sí, y menos a un difunto y alma con familia, vamos a mirar para el lado de Argentina, país con casos actuales muy interesantes muy importantes.
“No te voy a decir lo que va a pasar, porque eso lo sabe Néstor y nadie más”, dice cual viejo zorro el personaje que está en la moneda de una moneda de dos pesos argentinos. “¿Cómo que no me vas a decir qué va a pasar después de la paliza electoral del gobierno?”, inquirió este reportero. “Y sí, porque te podría decir que tanto el Napia Moreno como el Odiado Boudou, a pedido del jefe, se van a inmolar, pero tampoco te podría detallar”, aclara la moneda que pide no dar su número de lista.
Se trata de una moneda del año 2007, año en que el kirchnerismo iba con todo por todo, y decidió sacar a circulación una serie de monedas conmemorativas de la guerra de las Malvinas, el desastre estratégico militar que dejó un agujero grande como una casa con los conscriptos que fueron a pelear y morir a las islas del Atlántico Sur. Con las monedas se intentó hacer algo por los excombatientes, pero no acuñaron muchas y la gente no les dio pelota, como aseguran los más renombrados numismáticos. Es decir, tuvieron cinco minutos de gloria, ya sea en las Malvinas o en el motivo de una serie de monedas, pero no fue suficiente según los personajes, por lo que se inmolaron dejando un claro ejemplo de lo que significa no tener decoro al buscarlo todo por una causa.
Volviendo al tema, se asegura que los personajes que terminan siendo ministros de alguna cartera del gobierno, a reparo de no quedarse corto en los cinco minutos que tiene para tomarse el té en esa oficina, piensan en base a una premisa: o todo o nada.
“No me digas que es así de sencillo”, le dije a la moneda mientras hacíamos la entrevista para el informe. Me dijo que sí, que así es. Al parecer, sólo al parecer, los ministros como Moreno, Boudou, Aníbal Fernández, Ulloa, Randazzo, etc., toman la postura que tantos otros ministros de proyectos políticos costrosos han tomado con anterioridad. “Se trata del famoso me inmolo si se ve que el barco se hunde, mientras tantos tiro manotazos y voy a Punta a cada rato”, resumió la moneda experta en el estudio de personajes que de repente tienen poder y al día después están en la calle con una mano atrás y otra adelante.
Todo parece llevar a la intuición que la táctica nazi que Himmler supo instituir, la de inmolarse si todo se va a pique, viene siendo una recurrencia en lugares de Latino América. Así en Honduras, en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina, México, Chile, Paraguay, Colombia, Perú, El Salvador y tantos otros. Así, no se puede esperar mucho cambio en Argentina a la hora de evaluar qué salió mal en el gobierno. Es decir, por lo tanto, como lo dijo la moneda en uno de los momentos más sincerados de la velada, “los ministros van a seguir en el veranito hasta que las quemaduras ya no se aguanten más”.
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