sábado, 11 de julio de 2009

Un escenario numismático postelectoral


Dónde sino en una mesa de café, junto a una ventana grande. Afuera está nublado pero no hace frío. No hay nadie en el café, sólo el mozo, el cajero y el muchacho de la barra. En la mesa junto a la ventana hay unas monedas olvidadas, viejas, que el mozo quiera de propina. Son monedas viejas, fuera de tiempo y circulación en el espacio. Están en la mesa y se deciden a hablar sobre el tema del día. El de siempre.
La discusión silenciosa al oído humano que esas piezas de alfarería numismática, es un intercambio de ideas acaloradas al aire sobre algo que está pasando en la actualidad. Asuntos que quedaron en el derrotero de pendientes de la comunidad peronista de la provincia. “¿Se imaginan a Menem, Cafiero, Duhalde, Solá, Barrio Nuevo, el Lole y algún que otro compañero, sentados en esta mesa?”, le dice una moneda a las otras. “Dejate de joder”, le responde una de las otras, que ya no querían saber nada más de política. “No, en serio. Yo no veo cómo todos esos se pueden sentar en una mesa de café a solucionar sus problemas personales y terminar por una vez con el legado del General Perón”.
Como la moneda que tenía ganas de seguir hablando de política y elecciones. Como los diarios que los clientes ojearon al tomarse un café con medias lunas en los días que le siguieron a la semana pasada, tampoco quisieron deponer el asunto del dimes y diretes. Por todo eso, la moneda propinante no se callaba y tiraba hipótesis al aire.
En una de esas, dijo: “a lo que acabo de decir adhiéranle que Kirchner, Scioli, Balestrinni, Moyano y compañía, de repente, lleguen a la misma mesa con el gordo Moyano juntando otra mesa para hacerle lugar al ‘Nariz’”. “Bueno, aflojá que eso es imposible changüí”, interrumpe una moneda con un personaje conocedor de límites y fronteras movedizas.
Total que las derrotas sirven para volver a empezar, venía siendo la filosofía de la charla que esa moneda quería promover en la mesa. Pero las otras no le hacían caso. Así que esa moneda tuvo que hacer lo que hace un autista de alto vuelo: armar la película en su cabeza.
“Qué va, nunca se juntarían todos esos pelados. Cafiero es el único que igual no tiene problemas, porque el tipo ya está en las del General y no quiere hacer las mismas cagadas que se hicieron con Isabel y la pesada. Para mí que el Turco sí, pero se le ponen en le camino todos los demás. Pero los demás no se pueden ni ver, por lo que es poco probable que se sienten a tomar un café en una mesa como esta. Primero tendría que haber una crisis real, como que el país despegue y el aparato ya no pese como hasta ahora. Entonces, Kirchner no quiere soltar la manija, pero la sartén es del Cabezón. Así que si Moyano y los muchachos del bombo le dan vuelta la cara, las cosas se pueden poner complicadas, quizá se llegue a los tiros. Sinónimos de días peronistas, porque quién se va a hacer cargo, no, más bien, quién puede hacerse cargo en un ambiente tan dado vuelta, tan personalista, egocéntrico y de pesos pesados…”
En el silencio de la tarde nublada, en tiempos de crisis económica en los que mucha gente no sale a reflexionar a un café, ninguno escuchó este escenario planteado por esta moneda merolico. Que bueno.

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