domingo, 7 de junio de 2009

Opiniones reservadas sobre el abstencionismo electoral de acá y allá

En estos tiempos que corren, rápido por cierto, la gente ya no quiere saber nada sobre política, noticias o ir a votar. Tampoco de leer, reflexionar, investigar o de participar en política, aunque eso venga siendo “cosa pública”. En fin, se vienen las elecciones y todo lo que tiene que ver con ir a votar, claro que sí, son ítems de hoy.
Por eso, aquellos que antes sabían llamarse “votantes”, los mismos que ahora están cansados de todo y de que los comentaristas de televisión los distingan como “electorado”, “votantes”, etc., ya no quieren más: ahora se hacen llamar “abstencionistas”, “abstemios”, “gente que vota al Ratón Mickey” o simplemente “desinteresados”.
Todo muy lindo y de actualidad, pero nadie le ha preguntado a la gente por qué de esta furia nihilista, de la moda del abstencionismo electoral, o bien, sobre la vagancia y la actitud de no ir a votar. Justamente por esto, aunque ellas no pueden votar porque técnicamente son personas muertas y, por lo tanto, fuera del padrón electoral, algunas monedas fueron consultadas para opinar sobre el asunto. Aunque aquello de que los muertos no votan es una teoría un tanto difícil de conmensurar, tres Monedas Parlanchinas fueron elegidas para hablar, justo cuando se encontraban ensayando una obra de teatro que trata una temática relacionada con la ida a votar. Flor de bodrio, pero digno como toda pieza de arte. ¿O no?


“Yo votaría, porque se me cantan las pelotas”
Don José, moneda conmemorativa de un peso argentino del 2000, puro cobre libertador.

“Y mirá, yo puedo decir que la gente es medio influenciable, tanto por lo que ve como por lo que mira y escucha. Es así, la gente es medio boluda, por no decir algo peor, y en estos días que corren, como la propaganda dice que no seas gil y que no vayas a votar, la gente dice, ‘y bueno, no voy a votar y listo’. Pero nunca se preguntan por qué la propaganda dice lo que dice. Mucho menos si lo que proponen como inacción es positivo o negativo. Yo, en el supuesto caso, iría a votar y listo: porque se me cantan las pelotas y no me aguanto a Aguya y publicistas baratos que bien caro cobran”.


“Está todo de la patada”
El Cura de Abolengo Periñón, moneda de 20 pesos mexicanos de 1995. 100 por ciento cobre potosino.
“Ora sí que con todo respeto, está todo de la patada y la política no es lo que solía ser. Es decir, antes era la pasión, la lucha, la masa, la mística y, obviamente, ir a votar. Ni se diga de ir a un mitin o de ir a echar porras por un candidato. No: eso ya estuvo. Ahorita lo que es lo de hoy es no ir a votar, no hacer nada, ni siquiera quejarse. No vaya a ser que lo tilden a uno de neurótico…”.


“¡Y la que los tiró: no sé qué hacer!”
Don Pepito de Urquiza, moneda conmemorativa de 1 peso argentino del Siglo XXI. De níquel y cobre.
“Está todo tan dado vuelta, que no sé que hacer. Yo que siempre la tuve clara, que participé y también me supe hacer el sota: hoy no sé que hacer. Es más, no hay cómo saberlo. Claro, en el caso hipotético de votar, porque yo no voy a votar, aunque pudiese y quisiese, porque la verdad estos políticos de hoy no tienen idea y no merecen nada. Ni el voto ni la molestia de la gente, nada merecen. ¿Salir en domingo para ir a votar? Están todos locos. No hay rumbo y uno no sabe a quién votar. Por eso, ante la ignorancia o como se diga, está bien que se pueda no votar, agarrar y no ir a votar, como una manera de dejar en claro que los políticos de hoy son todos unos truchos. Pero yo preferiría votar por alguno, aunque sea por un partido chiquito que nunca gane nada y, aunque moleste y haga ruido, no la pueda despenalizar. Peor es nada”.


Confusión, eso hay. El resto, de si ir a votar o no, le toca a cada quien. Pero las Monedas dicen y hacen lo que sienten, como se pudo ver. Ojalá la gente haga lo mismo en el día de la elección. Eso quiere decir, que no sienta vagancia en ese día cívico y salga a votar por alguien, por el menos malo si se quiere. Aunque, pero... no sé.

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