domingo, 11 de octubre de 2009

El apócrifo funeral de "la Negra" Sosa; el final K

Afuera las calles y las veredas estaban mojadas por la llovizna y la noche que se perfilaba de más llanto por la muerte de Mercedes Sosa. Era el domingo 4 de octubre de 2009 y el Congreso de la Nación estaba abierto al público para que diera el último adiós a “la Negra” Sosa que había muerto esa madrugada.
Personas de todas las edades y sexos desfilaban junto al anonimato en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso, todos muy tranquilamente y respetuosamente miraban y rezaban una oración al pasar frente al cofre de Mercedes Sosa. Entre todas esas personas, monedas en los sacos de los transeuntes que conversaban en silencio.
Una imagen muy cálida, teniendo en cuenta las circunstancias, en que un imaginario colectivo daba las gracias y un adiós a una artista, una cantora, que tantos momentos de la vida argentina había sonorizado. Todo un evento, como el velorio de Alfonsín, también en ese año de 2009.
Entre toda la multitud pacífica y llorona, entre todos los anónimos, varias figuras del arte, la música, las letras, la cultura, la pintura, la lucha social, pasaban a dar su pésame a “la Negra”, sus familiares y los músicos del folclore que ahí estaban.
Pero la visita más importante, en términos de renombre político, era la del matrimonio gobernante, que ya había confirmado su visita a las 8 y 22 de esa misma tarde. No sólo la presencia de Néstor y Cristina Kirchner al Congreso era algo raro e inhóspito, sino que la presencia de la pareja no encajaba del todo con las gentes y con el ambiente que había allí. Pero, la verdad, al cosa pasó muy apaciblemente, mientas Gustavo Ceratti saludaba a Teresa Paroddi y a Piero. Hasta se podía decir que la presencia de los pesos pesados del gobierno kirchnerista no inmutaba el ambiente.
Con todo y los intentos de pantomimas de Néstor y la parada de Cristina, quien se mostraba en frente del ataúd de "la Negra" tocando la frente de la fallecida artista y quitando quién sabe qué de su saco, todo seguía como si nada. Bueno, como si nada no: ¡se había muerto la voz de América y Argentina!
Por horas había habido un ambiente de serenidad y respeto en el velorio; pero en eso, cuando Estela de Carlotto pasaba en frente del féretro y se sacaba un moco, como una cristiana común y corriente más, se escucharon unos gritos, un “arriba las manos esto es un asalto”, y el sonido explosivo de un cartucho recortado de una ametralladora de combate "Usi" que rompía con todo el ambiente del velorio de unidad nacional.
¿Qué pasó? O más bien, ¿qué hubiese pasado si este evento hubiese tomado lugar?
Un comando especial de la CCC que estaba aliada con los muchachos huelguistas de Kraft sabía que la presidenta no podía dejar pasar la oportunidad de estar ahí en ese velorio tan popular. Además, este comando de contra-inteligencia piquetera sabía la hora que el matrimonio presidencial iba a ir a figurar en el velorio de “la Negra” Sosa. Sabían que a las 8 y media de la noche Néstor y Cristina iban a estar un rato en frente del ataúd de Mercedes Sosa, que iban a poner caras de pena y dolor, figurar del lado de los cantores populares y chau nos vemos. Este tipo sabía mucho y tenía la oportunidad para dar un golpe certero y, ya que estamos, vengar al ERP por los agravios pasados de los Montoneros.
Entonces, junto a todo el folclore nacional que se quedaba inmutado, los disparos de ametralladora no dejaron de sonar por casi un minuto. En ese lapso, "el tipo que sabía demasiado" logró matar a Cristina, Néstor, a su gabinete cercano y a un par de monos de sus escoltas. Se armó un quilombo total. La gente gritó, se tiró al piso; el hijo de “la Negra” atinó a cerrar el atúd de su difunta madre, mientras Teresa Parodi gritaba como en estado de shock. "La presidente se fue con 'la Negra'", titularían al día siguiente los periódicos matutinos de la city porteña. Después al loco lo agarraron y lo procesaron, pero la verdad del caso no se llegó a saber.
En el día de la muerte de Mercedes Sosa, en el velorio público de esta gran cantante popular, durante las horas que la gente de un país despedía a su voz más representativa, un pibe solitario y loco, “un villa”, dirían algunos, mató a los Kirchner. Qué azares de la vida histórica de un país, que en el velorio de su cantante más popular y talentosa, un "loco" mate a los presidentes más luchadores sociales de los últimos 26 años argentinos… ¿Será?

1 comentario:

Las Monedas Parlanchinas dijo...

Esta es la historia divertida que no fue pero pudo haber sido más reveladora del velorio de la Negra...