Empezó el año y la segunda década del siglo XXI. El 2010, el año que llegó vino con la primera columna editorial de las Monedas; para arrancar, la moneda conmemorativa de José de San Martín hace un ejercicio de inflexión intelectual para hablar a viva voz sobre un tema de hoy. Así es, el primer tema argentino del año es la remoción forzada del que era el jefe en el Banco Central de la República Argentina. Los dejamos en manos de Don José.
Cristina empezó el año bien zarpada
Por Don José
Un nuevo año indudablemente que viene lleno de sorpresas y cosas nuevas por descubrir, y digo indudablemente y no seguro porque a ése se lo llevaron preso. La presidente de todos los argentinos, Cristina, a la que muchos escritores poco ávidos de alguna que otra revisada al diccionario de nuestro idioma la llaman “la presidenta”, se mandó una olímpica. (Para aclarar al respecto, de por qué no se dice “presidenta”, pongo un ejemplo muy al tiro para mí que soy militar. Si una mujer ocupa el cargo de cabo, no porque sea mujer la van a llamar “caba”). Así que arranca el año del bicentenario y encontrarse con que Cristina, una tipa de unos cincuenta y tantos que ya se operó la geta varias veces, diga que porque es “Presidenta” ella manda a mudar al que ocupaba el puesto de presidente del Banco Central es una cagada, porque el tipo que era presidente del banco no podía ser rajado por Cristina ni por ningún otro presidente. Es decir, es una mala noticia para empezar el año. Ni se diga que en Argentina ahora es verano, vacaciones y que la gente no quiere saber nada de todo esto. Y bueno, a la tipa y su “dorima”, que ya que a los escritores se les da por hacer su oficio como se les hinche un huevo y la mitad del otro, yo hoy escribo, en lugar de “marido”, “dorima”, les importa tres carajos lo que piensen los demás. Y eso que estoy siendo bueno, porque “dorima” a ese bizco mal parido le queda corto. En fin, no se trata de ser agresivo y mala vibra, se trata de todo lo contrario; pero con lo del Banco Central, y hablando de política que es para lo que me pagan acá, la verdad que uno no tiene más que decir que estos gobernantes son de cuarta. Bueno, de cuarta no: de quinta son, y además son unos ladrones asquerosos. Son unos grasas.
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